lunes, 18 de junio de 2007

La colada del talento

La colada del talento
Pastor Batista Valdés
Quien vea al inmenso foso "tragando" toda la chatarra que la grúa deposita, la alta temperatura del horno, el espeso magma borboteando al rojo vivo o los lingotes (palanquillas) de metal coronando el proceso, imaginará que esta fábrica de Las Tunas solo produce acero....
La producción de esta acería tiene gran importancia para los programas priorizados del país.
Pegado y apegado a ella, incluso desde que no era más que tierra y sueños en movimiento, al doctor en Ciencias Técnicas Julio Leyva Salgado le sobran razones para afirmar que la Empresa de Aceros Inoxidables produce y le entrega al país algo más que metal: ciencia y técnica.
Un buen argumento pudiera ser la "jugosa colada de inteligencia" que ese colectivo aseguró el pasado año, cuando hasta la capital del país enviaron ocho trabajos de la empresa y de alguna manera todos recibieron el reconocimiento de los jurados.
Hoy la empresa produce un acero de mayor calidad para el mercado interno y externo.
Pero el asunto trasciende cualquier valoración numérica o comparativa, aun cuando nunca una entidad tunera insertó tal cifra de ponencias a la vez en el más alto estrado científico-técnico.
De cualquier modo, el verdadero y justo valor de ese talento que bulle desde los hornos está en las soluciones que trae consigo, para arrastrar, hacia mejores niveles, los diversos indicadores e impedir que retoñe la amarga experiencia de hace aproximadamente una década, cuando por insuficiencias tecnológicas e irregularidades del mercado internacional la fábrica estuvo paralizada varios meses.
OBRA DE MUCHOS
Marzo del 2007. Cientos de hombres y mujeres se concentran a la entrada de la acería. Representantes del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), junto a quienes impulsan el Fórum de Ciencia y Técnica en el territorio, convergen para enaltecer la obra de varios creadores.
Entre ellos destaca el ingeniero Pastor Rodríguez, ganador del premio al aporte de mayor impacto económico en Cuba, con una nueva tecnología que permite producir y exportar un notable volumen de acero de óptima calidad para la industria automovilística internacional.
Pero, como expresa Julio, "el sano orgullo de los 1 200 trabajadores de la empresa no se queda en ese alto reconocimiento que cada año entrega el CITMA. Nuestros obreros saben que sin el talento de compañeros como Luis Enrique Torres, quien ayudó a recuperar la turbina de expansión de la planta de fraccionamiento del aire, la industria se hubiera paralizado o incurrido en grandes gastos, al tener que adquirir y trasladar oxígeno líquido desde la capital para asegurar la producción".
Igual mérito corresponde a otros innovadores y equipos de trabajo como el encabezado por Waldemar Leyva Reynaldo, que introdujo modificaciones en el equipamiento, para sustituir importaciones y ahorrar energía en esta empresa cuyo consumo equivale, comparativamente, al 70% de la energía que emplea la provincia.
Otra urgencia consistía en obtener el llamado acero para el trefilado, que internacionalmente se logra a partir de un material conocido como hierro prerreducido (pobre en residuales). El país erogaba altas sumas de dinero en la compra de un acero cada vez más costoso, para luego producir variados renglones en fábricas como la Esteban Lugo, de Camagüey. De modo que el diseño de la nueva tecnología no se hizo esperar.
Innovaciones al estilo de las que hoy sustentan el movimiento de traslación del carro-cuchara en principios de la oleohidráulica, modificaciones al proceso automatizado para vaciar aceros, o las soluciones en el horno metódico del laminador 200 T, son también hitos de referencia en esta última etapa, relativos a cómo la empresa socialista puede incrementar eficiencia sobre la base de su principal recurso (el humano) y reducir el efecto de gases contaminantes y otros agentes agresivos al medio ambiente y a la salud del hombre.
Este quehacer para no agredir al medio le valió uno de los Premios Nacionales de Medio Ambiente del 2007.
"EXPLOSIÓN" de iniciativas
Quienes llevaron a cabo el montaje de la enorme planta quizás nunca imaginaron que le seguiría una detonación en cadena de ricas y obligadas alternativas.
Los fundadores recuerdan aquel reto de llevar a la medida ideal unos rieles sobredimensionados, donde se asentaría la máquina de vaciado como variante para que el país no incurriera en nuevos y elevados gastos, o en pérdidas de tiempo por concepto de compras en el exterior.
Desde entonces, afirma el ingeniero Edismar Saavedra, director general, obreros, técnicos y especialistas de nivel superior son protagonistas de una verdadera explosión del ingenio, expresada en más de 7 800 soluciones, vitales para el derrotero que sigue esta industria, sobre todo en el contexto de los nuevos programas de la Revolución.
El colectivo ahorra millones de pesos gracias a nuevos aportes y a una labor bien concebida para generalizar experiencias.
Todo ello se sustenta en el prestigio colectivo, estabilidad inalterable y una mentalidad que convierte en metal la inteligencia humana y en escoria intrascendente cada nueva adversidad material o tecnológica.

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